Si acaban de convertirse en padres de un hermoso y sano varón, seguramente tienen muchas dudas acerca de los cuidados que deben poner en práctica, sobre todo en lo referente a la limpieza de los genitales. Son numerosas las interrogantes que reciben pediatras y médicos urólogos en Guadalajara a propósito del tema ¿Cómo se lava el pene? ¿Qué productos deben usar? ¿Cómo prevenir una complicación?
En principio, es necesario que tengan claro que el pene en los bebés y adultos no es igual. La principal diferencia es estética, ya que, en algunos recién nacidos, el prepucio se encuentra unido al glande, de manera que no es retráctil en muchas ocasiones. En los adultos, en cambio, se puede mover sin problemas en general. Esto se debe a que la delicada piel que lo recubre cumple con la función de proteger el órgano del niño y, a medida que crece, se va despegando.
En todo caso, lo que queda a la vista es el orificio de la orina, por lo que, si no hay complicaciones, el desecho puede salir con absoluta normalidad. Pero, el tema del pene en los bebés, así como el manejo del prepucio para su limpieza, es una de las luchas que hay entre padres y especialistas. Muchos pediatras consideran oportuno bajar la piel de manera forzada o llevarla al límite para verificar cuánto puede retraerse, a fin de ahorrarle al pequeño paciente la molestia de una cirugía por posible fimosis. El problema, explican los urólogos en Guadalajara, es que los niños lloran y, en ciertos casos, llegan a sangrar.
¿Cómo proteger el pene del recién nacido?
Entonces, ¿de qué manera hay que cuidar el pene del recién nacido para prevenir complicaciones? Si su bebé no ha sido circuncidado, el prepucio llegará a retraerse por sí mismo, si bien esta separación tardará varios años en completarse. Por esta razón, si tienen un niño, deben seguir algunas recomendaciones básicas desde su primer día de vida.
- Durante los primeros años de vida, es pertinente que, en cada baño, limpien bien el pene con agua y un jabón que contenga pH neutro. En el mercado hay muchas marcas de jabones para bebés que son apropiados para lavar la zona genital y, si no saben cuál es más conveniente, consulten con el experto.
- Sin forzar o dar tirones, bajen solo un poco la piel del prepucio para que entre el agua y puedan limpiar restos de orina. Este proceso no debe ser violento, sino delicado, y evitará que el niño padezca infecciones. Tengan en cuenta que, si la piel se despega de manera traumática, la herida resultante hará que el pene y el prepucio vuelvan a unirse de manera muy dolorosa.
- También deben prestar atención al momento de secar sus genitales, que son extremadamente delicados. No deben friccionar con fuerza, porque podrían maltratar e irritar la zona. Para ello, usen un paño seco y limpio que sea para el uso exclusivo del recién nacido, ya que el contacto con una toalla que usen otros miembros de la familia podría derivar en infecciones.
- Conforme el niño vaya creciendo, asesórense con el pediatra o los médicos urólogos en Guadalajara acerca de la forma correcta de retraer el prepucio. Transmitan estos conocimientos a su hijo y procuren que realice los ejercicios durante el baño, ya que la humedad sirve como lubricante y elimina las adherencias.
¿Por qué no deben forzar el prepucio?
Durante la primera consulta con el experto, éste les explicará cómo deben retraer el prepucio y en qué momento es oportuno hacerlo. Los niños nacen con adherencias prepuciales, es decir, con la piel adherida al glande. Esto con el fin de evitar infecciones urinarias por contacto con las heces y la orina, así como irritaciones por el roce del pañal. Además, el pene cuenta con un anillo muy rígido que impide la retracción.
Solo durante el baño debe bajarse un poco, sin emplear la fuerza. De hecho, es necesario extremar la delicadeza. Si se hace bien, no pasa nada; pero, el problema es cuando se retrae demasiado o si se hace reiteradamente, con cada cambio de pañal. En este punto coincide la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, que señala el riesgo de lesiones.
Prevención de la fimosis y evolución del pene
El momento en el que debe bajar el prepucio no está claro, ni es una ciencia exacta. Algunos pediatras y urólogos certificados en Guadalajara tienen pacientes cuyo prepucio se retrae en torno a los 2 o 3 años de edad; mientras que, en otros casos, puede suceder a los 5 años. De cualquier modo, no hay que alarmarse si no sucede en este rango de edades, ya que sigue siendo muy pronto. De hecho, el porcentaje de niños a los que se les puede retraer el prepucio desde el nacimiento es solo del 4% y, al año de vida, del 50%.
Por lo tanto, los médicos urólogos en Guadalajara afirman que la fimosis del recién nacido es una condición que suele resolverse por sí misma y a medida que el niño crece. La piel se separa poco a poco, gracias a los cuidados básicos de higiene y por efecto de la propia anatomía del pene. Al año, el 40% de los bebés tienen todavía el anillo prepucial y esta incidencia tiende a disminuir.
Respecto a las infecciones, un estudio realizado en Japón en 1996 demostró que, de la amplia muestra estudiada, solo 9 niños padecieron balanitis y todos tenían un prepucio que no podían retraer del todo. La incidencia fue muy baja, solo del 1,5% y 7 de los niños tenían entre 1 y 5 años. En todo caso, el origen principal de las infecciones, según concluyó la investigación, fue una precaria higiene. Tan solo el 1% necesitará tratamiento o intervención quirúrgica por fimosis o tratamiento correctivo.
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