Se le conoce como litiasis o cólico renal y es una afección que también se presenta en niños. Para diagnosticarlos, un profesional de la salud experto en esta rama, debe hacer un análisis diferencial y particular del paciente. Además, es importante un buen estudio, ya que en muchas ocasiones esta condición médica suele confundirse con apendicitis.
Un buen diagnóstico es la clave
Los cálculos renales dejan ver síntomas variados. Por ejemplo, algunos infantes presentan dolor abdominal y es cuando suele ocurrir un diagnóstico inadecuado y se piensa que se trata de apendicitis. En otros casos, el paciente no tendrá dolor o tendrá muy poco; sin embargo, presentará síntomas similares a una infección del tracto urinario, con fiebre y hematuria.
Aunque sucede con muy poca frecuencia, hay ocasiones en donde la litiasis bilateral, que se encuentra en el tracto urinario superior, termina obstruyendo el tracto urinario, lo que provoca anuria. Asimismo, también pueden presentarse cálculos en la vejiga, más que nada en niños que ya han pasado por alguna intervención quirúrgica urogenital.
Es importante que un urólogo envíe exámenes físicos, sobre todo porque es común que el niño presente signos de apendicitis, mayormente cuando el cálculo se localiza en el lado derecho. El especialista instruido considerará que cuando se trata de un apéndice inflamada, ya sea que se localice en uréter o en la vejiga, lo común es que esté acompañado de piuria (pus en la orina).
Por otro lado, cuando el niño tiene problemas para orinar, es posible que se pueda detectar el cálculo en la uretra. Hay que considerar también que si el menor ha pasado por operación de hipospadias, entonces tendrá una marcada tendencia a desarrollar cálculos. También es importante tener en cuenta que una prueba de orina se vuelve esencial para detectar infecciones, piuria o hematuria.
Tipos de piedra que pueden encontrarse en los infantes
Realizados los exámenes pertinentes, para descartar o confirmar la presencia de cálculo, también se sabrá el tipo de piedra y su origen. En este sentido, puede haber piedras primarias, es decir, que se hayan desarrollado debido a un problema metabólico o idiopático. También las hay secundarias, que se derivan de infecciones, cuerpos extraños o estasis.
Cuando existe desequilibrio en el pH urinario, una sobrecarga de solutos, infección del tracto urinario o estasis, estos son aspectos que pueden ayudar a que se presenten cálculos. Sin embargo, cuando son niños los que han desarrollado esta afección, en la mayoría de los casos no se encuentra una causa evidente, es decir, son casos idiopáticos.
En este sentido, la presencia de litiasis renal idiopática es una de las razones más comunes para el desarrollo de piedras. Este tipo de cálculo se da debido a la normocalciuria, hipercalciuria absorbente, es decir, cuando el niño tiene una hiperabsorción intestinal de calcio. Y por hipercalciuria renal, en otras palabras, cuando existe un problema para reabsorción tubular renal de calcio.
¿Cuál es el tratamiento para los cálculos infantiles?
Para poder dar un tratamiento adecuado a los niños que padecen de cálculos renales, hay que priorizar la disminución del dolor, es decir, manejar el problema agudo, así como la hidratación y el tratamiento de la infección. En caso de existir una obstrucción, se debe extraer el cálculo, para su posterior análisis.
En la mayoría de los casos, cuando se trata de cálculos pequeños, pueden salir solos tras un tratamiento conservador. Pero si el niño presenta síntomas de sepsis, entonces será necesario que se recurra a una intervención de carácter urgente con el urólogo pediatra para poder solucionar la obstrucción.
Cuando se determina la necesidad de una intervención para el manejo de los cálculos infantiles, suele ser porque existe una obstrucción de alto grado. Y, seguramente, porque el niño experimenta un dolor intenso y constante, así como una infección en el tracto urinario. Por otro lado, cuando el cálculo se localiza en el uréter pélvico, es posible solucionarlo con láser de forma efectiva y sin dolor.
Asimismo, es posible que se requiera de tratamiento crónico, esto dependerá de los resultados de los análisis de los cálculos. Si la presencia de la litiasis es aislada o no, o si el niño tiene otros cálculos.